Abel Ferrara comenzó a hacer películas de aficionados en su adolescencia antes de debutar con películas de explotación violenta como El asesino del taladro (1979) y Ángel de la venganza (1981). Las buenas críticas para éste último le ayudaron a crear su reputación de culto, lo que lo llevó a presupuestos más grandes, financiación de estudios y actores más conocidos como Christopher Walken en El verdugo de Nueva York (1990). Todavía utilizó su estilo característico de bajo presupuesto en Corrupción judicial (1992), que recibió nominaciones a los Premios Spirit al Mejor Director y Mejor Actor y, a pesar de su contenido controvertido, fue elogiada por la crítica. Su filme The Funeral (1996), protagonizada por Christopher Walken, Chris Penn, Isabella Rossellini, Benicio del Toro, Vincent Gallo y Gretchen Mol fue nominada para cinco Premios Independent Spirit, incluido el ...
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