Bernardo Moll y su esposa, Mónica, son una pareja que está muy emocionada porque esperan a un hijo. Cuando Bernardo supo que era niño, tuvo los pensamientos más bonitos acerca de todo lo que haría con el futuro miembro de la familia, incluyendo jugar fútbol con él.
Jan nació el 4 de noviembre de 2009 llenando a sus papás de alegrías, pero también tenían miedos de estar viviendo algo que jamás pensaron que les sucediera. Y entonces les dijeron el diagnóstico del niño dos días antes de Navidad: tenía Síndrome de Down. Sin embargo, Bernardo se rehusó a que este niño fuera esterotipado y estigmatizado por la condición en la que se encontraba, es así como compró una cámara y empezó a documentar cada día a Jan, desde el día en que llegó al mundo. Además también empezó a escribir un blog en donde escribía todo lo que sentía y vivía con su hijo.
Después de documentar 6 años de La historia de Jan, Bernardo y Mónica se dieron cuenta de que la felicidad viene de las formas más inesperadas.