Es la primera cinta del cineasta tailandés Apichatpong Weerasethakul que filma fuera de su país, en este caso, en Colombia.
Aunque la cinta está ambientada entre los años 70 y 80, marcados en Colombia por la guerrilla de las FARC y grupos paramilitares de ultraderecha, el director asegura que no se tratará de una película política, sino sobre la mirada de un extranjero en dicho país.
Sobre la decisión de filmar la cinta en otro país, el director asegura: “Necesitaba una pausa con Tailandia y su dictadura militar, vigente desde el golpe de Estado en 2014, para ir a descubrir otra cultura”.
Antes del rodaje, Apichatpong Weerasethakul pasó poco más de tres meses, viajando en Colombia, pasando por ciudades como Medellín y Cali, hasta decidir asentarse en Bogotá y Quindío, donde sucede la historia.
Tuvo el apoyo del Fondo Gubert Bals, del Festival de Cine de Róterdam, para su financiamiento.