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Un película claroscura y llena de malos estereotipos
por Daniela TorresEscuchar en pleno 2022 que una de tus novelas favoritas será adaptada por Netflix implica total incertidumbre. Está la posibilidad de que se retome página por página y se le haga justicia, como fue el caso de Heartstopper, convirtiéndola en un éxito rotundo. O, que esté repleta de estereotipos, malos efectos especiales y dos personajes insufribles, como desafortunadamente es el caso de La escuela del bien y del mal. Protagonizada por Kerry Washington, Charlize Theron, Sophia Anne Caruso y Sofia Wylie. La película es dirigida por Paul Feig, la mente detrás de Damas en guerra; está basada en la novela homónima creada por Soman Chainani, quien hace mezclas y recuentos de los cuentos de hadas que ya conocemos pero con un pequeño giro.
Sophie es una adolecente pueblerina con aires de grandeza y Agatha es la típica jóven quejumbrosa y conformista. Ambas entablan una amistad para sobrellevar que son excluidas por los demás adolescentes de la aldea. Una noche desaparecen y por arte del destino terminan en un instituto completamente fuera de lo convencional. La escuela del bien y el mal es la institución encargada de formar a los más grandes héroes y villanos que jamás hemos conocido. Agatha y Sophie están en aprietos al creer que han sido ingresadas a el colegio equivocado y deben luchar por descubrir su verdadera esencia, aunque esto signifique poner en riesgo su amistad.
La moraleja podrá ser el verdadero poder de la amistad, pero esto no salva a la película del caos que la rodea. Empezando por los burdos estereotipos de reflejados en la vestimenta y la apariencia física de cada uno. ¿En qué mundo los colores pasteles son para los chicos cools y los oscuros, los underground? No aprendemos a no generalizar. También cae en el típico cliché del verdadero amor y un beso destinado a cambiarlo todo, y esos son solo algunos de los obstáculos que se presentan en los primeros minutos. Los efectos especiales son otro aspecto imposible de evadir, lo que nos lleva una vez más a evidenciar la escasez de animadores y los altos ritmos de trabajo que existen hoy en día en esta industria. Feig tuvo presupuesto bueno y cayó en aspectos de cine B, tipo Sharknado, aunque ésta es a propósito.
Tal vez, la película está pensada para un público juveni, pero aún así pone en duda a la producción por completo. El elenco podría ser su punto a favor, pero cuando actores del calibre de Charlize Theron y Laurence Fishburne aparecen menos de la mitad de la película, es evidente notar en que fue utilizada la mayor parte del presupuesto. Los minutos restantes están a cargo de dos actrices cuyas carreras apenas están despegando y por lo mismo la actuación es un tanto cuestionable, al punto de que se vuelve complicado empatizar con ellas. Aún si decidimos dejar todos estos puntos atrás, nos toparemos con números musicales innecesarios y un final completamente predecible.
Netflix
Es así como volvemos a cuestionar lo que sucede con Netflix en la actualidad y por qué la mayoría de sus proyectos han perdido la calidad que hace unos ayeres lo posicionó como el gigante de streaming. Es importante que se empiece a priorizar la calidad antes que la cantidad y que historias cuya adaptación merecen un mayor cuidado puedan recibir un trato justo y no se conviertan en una mezcla agridulce entre Harry Potter y Los descendientes. ¿Les recomendamos La escuela del bien y del mal? Sólo si son fans de la saga literaria y quieren ver cómo se ven los personajes de las páginas en la adaptación, el resto, puede darle la vuelta.
