A pesar de que apenas a los 17 años compuso el tema Mango, mangue, logrando bastante popularidad en su natal Cuba, el joven Francisco Fellove quería salir de la isla, quería hacer algo que llegara a más mercados y que, de una u otra forma, cambiara su vida. Viajó en un barco italiano, en 1955, y llegó a México, entrando por Veracruz, acompañado del compositor José Antonio Méndez. En territorio mexicano empezaría una trayectoria notable, haciendo amistades con los grandes músicos, compositores y directores musicales de la época en el país. En una de sus asombrosas colaboraciones y sesiones de grabación, para 1999, en un estudio de la Ciudad de México, Fellove, ya conocido por sus mezclas de jazz y ritmos afrocubanos, se juntaba con el director de orquesta Joey Altruda quien filmó la espectacular reunión, una que quedaría en la memoria de los que estuvieron presentes. Entre ellos se encontraba el actor Matt Dillon, quien dirige el documental El Gran Fellove que muestra fragmentos de dicha sesión y explora los orígenes, influencias e importancia del genial músico cubano, que alcanzó, como lo deseaba, un lugar en los oídos de todo el mundo.