Juego de espías

El ahora jubilado agente de la CIA, Nathan Muir (Robert Redford), recibe una llamada de la agencia que le informa que su antiguo discípulo, Tom Bishop (Brad Pitt), se encuentra encarcelado en una prisión China donde se pretende fusilarlo en muy poco tiempo. Le piden acudir una vez más a la oficina para hablar del sujeto en cuestión y sus aventuras en nombre de la inteligencia norteamericana donde se deliberará si es recomendable interponerse o no. Por otro lado, se sabe que las relaciones políticas entre el país oriental y Estados Unidos podrían cambiar drásticamente, así que, más tarde, la agencia le informa a Muir que no intervendrán y que prefieren sacrificar a uno de sus mejores espías en razón de un bien mayor, pero el ex agente no quiere permitirlo, así que se embarca en una peligrosa aventura para intentar rescatar a su amigo de su inminente fin, riesgo que no sólo implica invadir la inteligencia de otro país, sino sumarse bastante enemigos y actuar fuera de las líneas o el conocimiento de su antiguo trabajo.