No importa qué temática aborden los dramas coreanos, además de los protagonistas de un romance como Start-up, Si la vida te da mandarinas o Something in the rain, siempre hay una figura maternal que destaca en cada historia. En esta ocasión, nos centramos en aquellas mamás que se encargaron de regañar, apoyar, ser grandes consejeras sobre el amor, el crecimiento personal o el valor de la familia.
A través de sus personajes, estas mujeres nos recuerdan que ser mamá no es algo que se hereda ni que viene con un manual bajo el brazo es un proceso que se construye día a día, con aciertos y errores, con dudas, sacrificios y mucho amor. Este Día de las Madres, recordamos a tres personajes que nos enseñaron que no hay una sola forma de ser madre... y que todas, a su manera, dejan una huella imborrable.
Ra Mi-ran de 'Reply 1988'
Netflix
Con su característico estilo y una actitud directa pero cariñosa, la mamá interpretada por Ra Mi-ran en las calles de Ssangmun-dong de Reply 1988, representa esa mezcla entrañable entre dureza y ternura. Siempre atenta a su hijo Dong-ryong, es de las que te regañan con razón, pero no sin antes asegurarse de que estés bien alimentado.
Ella, como sus dos amigas en la serie, sostenía el hogar inculcando valores y fortaleza con cada pequeño acto del día a día, además de sacar varias sonrisas a los seguidores del k-drama.
Kang Soon-deok de 'Está bien no estar bien'
Netflix
Kang Soon-deok interpretada por Kim Mi-kyung es el tipo de madre cuyo abrazo reconforta igual que una comida caliente y que tiene una frase que alivia el alma. Aunque no sea madre biológica de todos en casa, su calidez y sabiduría hacen que Kang Tae y Sang Tae la vean como una figura materna real.
Con sus consejos sinceros y su cariño incondicional, crea un espacio donde el amor no depende de los lazos de sangre, sino de la empatía y el cuidado constante. Se convirtió en una de las portavoces más admiradas de Está bien no estar bien.
Lee Eun-pyo de 'Club de mamás'
Netflix
Lee Eun-pyo interpretada por Lee Yo-won es esa madre que se atreve a cuestionar la obsesión por la perfección en la crianza. Idealista y con una visión más humana de la infancia, defiende la importancia de la alegría y la matenidad presente sobre las calificaciones y la competencia.
Aunque enfrenta inseguridades y presiones sociales en Club de mamás, su fortaleza radica en seguir su intuición maternal, recordándonos que no hay un solo camino correcto para ser una buena madre.