Así se ve actualmente la casa en Iztapalapa donde Gael García Bernal y González Iñárritu filmaron 'Amores Perros' y cambiaron la historia del cine en México
Sergio Negrete
Sergio Negrete
-Redactor
Mi infancia estuvo repleta de películas de Disney en VHS. Bien podría ser un personaje de 'El diario de Bridget Jones', 'Fleabag' o 'Parks and Recreation'

Algunos fans se dieron a la tarea de buscar y han encontrado cómo es que luce el sitio en el que se escribió la historia del séptimo arte de nuestro país con 'Amores perros'.

Amores perros podría considerarse como una explosión en el cine mexicano. En el año 2000, la ópera prima de Alejandro González Iñárritu nos sacudió con su realismo brutal, una narración espectacular y temas urbanos que nadie quería ver en pantalla. Con un elenco digno de impacto, como Gael García Bernal, esta película puso al séptimo arte nacional en otro nivel. Con Amores perros, Iñarritu inició ahí su famosa "trilogía de la muerte", y años después se llevaría el Oscar por Gravedad.

Una de las locaciones más memorables es la casa de Octavio y Susana, la cual se encuentra en Iztapalapa. Siendo un icono del cine mexicano, muchos se han preguntado qué pasó con la residencia a más de 20 años de haber llegado a la gran pantalla. Pues algunos fans se dieron a la tarea de buscar y han encontrado cómo es que luce este sitio en el que se escribió la historia del séptimo arte de nuestro país.

Locación: Iztapalapa

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La vivienda, ubicada en la calle Leiria 14, en San Andrés Tetepilco, fue testigo del inicio de una relación intensa, un escape fallido y, claro, peleas clandestinas. En la película, su fachada tenía mosaicos verdes, ventanas blancas con barrotes y un aspecto descuidado.

Un hito

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La casa de Octavio y Susana fue más que un telón de fondo: representó la vida urbana, la precariedad y el deseo de escapar que caracteriza a Amores perros. Ese lugar vio el inicio de una historia de amor prohibido, se llenó de tensión cuando Octavio se involucra en las peleas de perros, y fue testigo del quiebre definitivo entre los personajes.

Escenas icónicas

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Amores perros no fue solo una película, fue un inicio. Comenzó carreras, abrió puertas internacionales y, sobre todo, inauguró una forma cruda y realista de contar historias mexicanas. Hoy, casi 25 años después, esa casa en Iztapalapa sigue siendo una prueba tangible de que a veces, desde lo más sencillo, puede brotar algo extraordinario.

Ayer y hoy

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Hoy, esa casa es difícil de reconocer. La propiedad ya no presume azulejos de colores ni parece abandonada, sino que ahora luce paredes lisas en tonos grises, ventanas y puertas renovadas, y un portón blanco. Tal vez, lo único que sigue es el poste y muchas de las construcciones vecinas que se han mantenido prácticamente iguales.

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