El cruel experimento real con embarazadas que inspiró la trama más oscura de 'Stranger Things'
Jessica Campos
-Redactora
Algunas de mis películas favoritas son 'Birdman', 'Begginers' y 'L'âge atomique'. El cine de terror me da miedo, me gustan los comics, y mis géneros favoritos son la fantasía y la animación. Estudié Comunicación en la UNAM y algún día terminaré la carrera de Historia en la FFyL.

La humanidad ha tenido momentos de gloria y otros profundamente perturbadores. Aquí te contamos uno de ellos.

A mediados del siglo XX, tanto Estados Unidos como la Unión Soviética impulsaron métodos experimentales para modificar la experiencia del parto, y mientras en Estados Unidos el modelo dominante fue el twilight sleep -o sueño crepuscular-, en Rusia optaron por experimentar con la psique humana.

Este enfoque estuvo basado en la hipnosis y la psicoprofilaxis, que es un método sin medicamentos que buscaba reducir el dolor mediante técnicas de sugestión, respiración y control mental. El objetivo oficial era demostrar que el parto podía transitarse sin anestesia si la mujer estaba entrenada psicológicamente para ello, y aunque no implicó procedimientos invasivos, también se trató de un experimento social que priorizó metas estatales por encima de la elección individual.

La ciencia humana llevada al streaming con series como 'Stranger Things'

En otro contraste, en Estados Unidos la combinación y búsqueda de medicamentos para hacer menos doloroso el proceso del parto, incluyó ingredientes como la morfina y la escopolamina que dejaban a las mujeres en un estado semiconsciente, con amnesia parcial y poca capacidad de controlar el proceso que estaban viviendo. Además ambas prácticas fueron promovidas como avances médicos, pese a generar complicaciones y pérdida de autonomía para las pacientes.

Y si bien estos episodios se suman a otros archivos oscuros de países como como Estados Unidos o Rusia, que no solo son potencias mundiales sino que durante décadas han desarrollado adelantos importantes en ciencia, tecnología, medicina y armamento, también alimentan el mundo del entretenimiento, la ciencia ficción y la psique colectiva con teorías conspiratorias, historias descabelladas y universos paralelos como el que conocimos en Stranger Things.

Uno de estos es, por ejemplo, el proyecto real del gobierno estadounidense conocido como MK-Ultra, donde se realizaron experimentos con control mental, sustancias psicoactivas y sujetos vulnerables para determinar los alcances y capacidades de la mente humana.

En la serie, esta y otras referencias construyen un universo de entramados que nos fascinan, sorprenden y conquistan justo por eso: su similitud con el mundo real.

El terrible experimento con Eleven y su madre en la serie de Netflix

Y por si ya no recuerdas cómo fue abordada esta situación en Stranger Things, entonces déjanos recordarte que la madre de Eleven, Terry Ives, fue sometida a experimentos con sustancias psicodélicas, privación sensorial y manipulación mental sin saber que su embarazo sería afectado por estas prácticas. Tras el parto, su hija fue sustraída y registrada dentro del laboratorio de Hawkins como parte del grupo de niños utilizados para investigación psíquica.

La bebé, renombrada como Eleven, fue criada bajo el control del Dr. Martin Brenner y sometida a entrenamientos que incluían telequinesis, espionaje remoto y pruebas de resistencia emocional. Entre los métodos recurrentes estuvieron los tanques de inmersión para inducir estados alterados, el aislamiento y el condicionamiento psicológico, con fines militares orientados a la creación de armas humanas capaces de operar en escenarios de conflicto.

La situación de Terry Ives, quien terminó en estado catatónico tras recibir electroshocks, y el crecimiento de Eleven dentro de un entorno de explotación científica, funcionan en la historia como crítica a la experimentación sin ética, por lo que Stranger Things también funciona como un espacio de reflexión sobre lo que nos hace verdaderamente humanos.

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