Al final, este villano es un recordatorio perfecto de lo extraño y encantador que puede ser Dragon Ball. Fue uno de los primeros antagonistas en mostrar la creatividad salvaje de Akira Toriyama, pero desapareció así como si nada.
En el gigantesco universo de Dragon Ball, casi todos pueden nombrar a Freezer, Cell o Majin Buu sin pensarlo dos veces. Son los rostros clásicos del mal, los que aparecen una y otra vez en el universo creado por Akira Toriyama. Pero, entre tantos nombres ronando en la memoria del público, hubo un villano tan desalmado como extraño que quedó escondido entre los primeros capítulos del anime como si nunca hubiera existido.
No tuvo transformaciones espectaculares, ni un ejército intergaláctico, ni frases icónicas que los fans recuerdan con orgullo. Aún así, su poder era tan absurdo y tan malévolo que si hubiera aparecido más tarde en la historia, quizá los fans lo incluirían en las listas de "los más peligrosos de Dragon Ball". Sin embargo, su destino fue distinto: un debut inolvidable… y una desaparición que todavía provoca cejas levantadas.
El regreso del villano convertido en mito
Estamos hablando de Monster Carrot, también conocido como el Jefe Conejo. Este ser era un mafioso de orejas largas que tenía una habilidad tan siniestra como caricaturesca: tocar a alguien y convertirlo en zanahoria. Ni siquiera Freezer llegó a tanto.
En su momento, el Jefe Conejo era la peor pesadilla de cualquier habitante del Oeste, porque no solo controlaba una banda, sino que podía transformar a la gente en vegetales y luego obligar a sus secuaces a comérselos. Eso era bastante perturbador.
Pero su final fue todavía más loco. Sin pensarlo dos veces, Kakaroto lo mandó a la Luna, junto con sus secuaces, para que dejaran de molestar a la Tierra y se dedicaran a fabricar golosinas eternamente. Este fue un castigo digno de un niño con superpoderes que aún no entendía lo que implicaba enfrentarse a un villano de su tamaño.
¿Murió cuando la Luna explotó?
Años después de ese capítulo inicial, llega el legendario momento en el que Maestro Roshi destruye la Luna durante el primer torneo de Gohan. Y entonces surgió la pregunta inevitable: ¿Acaso Toriyama se olvidó por completo del Jefe Conejo? Y si la Luna voló en pedazos, ¿murió ahí el Jefe Conejo?
Pues no. Mucho tiempo después, ya en publicaciones recientes del manga de Dragon Ball Super, apareció una página extra que cambió por completo lo que creíamos saber. Una especie de guiño de Toriyama para cerrar de forma tierna y cómica el destino del Jefe Conejo.
En la ilustración, Merus vuela por el espacio, tranquilo, patrullando el cosmos. Y justo ahí, se ve al Jefe Conejo y sus secuaces en la Luna, vivos todavía preparando golosinas como parte del encargo que Goku les dejó décadas atrás.
¿La Luna explotó? Sí. ¿Ellos siguen ahí? También. En Dragon Ball, nada está obligado a seguir la lógica terrestre. Al contrario: la serie vive de contradicciones graciosas, de detalles que no se explican del todo y de guiños para quienes llevan décadas leyéndola.