Cuando se habla de censura en 'Dragon Ball Z', este momento siempre vuelve a la mente. No se trata de suavizar golpes, sino de hacer soportable algo que, en papel, era todo lo contrario.
A diferencia de Dragon Ball, Dragon Ball Z siempre fue una serie de peleas extremas, entre golpes, cuerpos atravesados y guerreros destrozados que se levantan como si nada. La violencia exagerada casi siempre fue parte del espectáculo de Akira Toriyama. Por eso, durante años, los fans aprendieron a verla con normalidad sin cuestionarse qué tan impactante luciría la animación en la vida real.
Pero no todas las peleas se han quedado igual. Hay combates que han sido analizados con el tiempo, no por el nivel de poder involucrado, sino por el contexto y por quién recibe los golpes. A veces, Dragon Ball dejaba de ser una fantasía de guerreros invencibles y se volvía algo incómodamente real.
Y uno de los momentos más polémicos de toda la saga ocurre en un escenario aparentemente inofensivo: un torneo. Sin dioses de la destrucción, sin planetas en riesgo y sin villanos del nivel de Cell o Freezer. Todo fue una pelea que jamás debió sentirse así de cruel y cruda.
Una pelea que nunca fue justa
El combate entre Videl y Spopovich en el Torneo Mundial es una de las secuencias más duras de ver. En el anime, la escena ya era cruel pero en el manga original de Akira Toriyama, era todavía más gráfica y más sádica. La adaptación televisiva suavizó algunos detalles, rebajando lo que muchos fans habían leído en las páginas de Toriyama.
Aquí entra un factor que Dragon Ball rara vez había tenido que enfrentar de forma tan directa: el género. Ver a un hombre golpeando brutalmente a una mujer es algo que, incluso en una serie llena de violencia, resulta incómodo. Más aún cuando hablamos de una franquicia donde las mujeres luchadoras como Milk y la Androide 18 ya habían perdido combates, pero nunca habían sido torturadas de esa forma.
El dolor que sí se siente
Un elemento clave que marcó la diferencia es que Videl era humana. Ella no era una Saiyajin ni tieteníane una resistencia absurda ni décadas de entrenamiento. Apenas estaba aprendiendo a usar su Ki y daba sus primeros pasos como guerrera.
En cambio, Spopovich, era un ser alterado con un poder desproporcionado para ese torneo. Cada golpe que le daba a Videl se sentía más doloroso en comparación a los que recibían personajes como Vegeta. El Príncipe Saiyajin ha sido humillado, destrozado y usado como saco de boxeo muchas veces. Pero siempre se levanta porque cuerpo está hecho para eso. El de Videl no.
El manga no deja nada a la imaginación
En el manga, Toriyama no suaviza nada. La violencia es más explícita, los gestos de dolor más evidentes y la sensación de que nada está bien se siente mucho más presente. No hay forma de leer esa pelea sin sentirse incómodo.
La censura parcial del anime no fue solo una decisión técnica. Fue una necesidad. Décadas después, la pelea de Videl y Spopovich sigue siendo uno de los momentos más discutidos de Dragon Ball Z. No por el poder, sino por lo que hizo sentir a los fans.