En el cine de Robert Zemeckis, la magia y los viajes imposibles siempre van en el mismo tren. No por nada, hay una referencia muy particular de 'Volver al Futuro' dentro de 'El Expreso Polar'.
Desde su estreno, El Expreso Polar se convirtió en una cita obligada de cada diciembre. Dirigida por Robert Zemeckis y protagonizada casi en su totalidad por Tom Hanks, la película prometía una aventura mágica rumbo al Polo Norte, con trenes mágicos, chocolate caliente y espíritu navideño.
Sin embargo, con el paso de los años, algo curioso ocurrió. Mucha gente empezó a mirarla distinto. Las expresiones faciales, los personajes extraños y ese aire peculiar entre lo infantil y lo perturbador provocaron que más de uno la calificara como una película de terror disfrazada de cuento navideño.
Pero más allá de su atmósfera inquietante, El Expreso Polar es una de esas películas que esconden más de lo que aparentan. Zemeckis nunca ha sido un director que deje las cosas al azar, y su amor por los detalles se nota en cada rincón. De hecho, en medio de tanto vapor y nieve, hay un objeto que conecta esta historia navideña con una de las sagas más icónicas del cine.
El guiño que rompe el tiempo y el espacio
Si pausas El Expreso Polar exactamente en el minuto 25:10, dentro de la cabina del tren aparece discretamente integrado entre los controles, un objeto muy familiar para los fans de la ciencia ficción: el Condensador de Flujo. Es el mismo dispositivo que hace posible los viajes en el tiempo en Volver al Futuro.
Este detalle no es casualidad ni un simple chiste visual. Robert Zemeckis es conocido por disfrutar este tipo de autorreferencias. Volver al Futuro no solo definió su carrera, también se convirtió en una pieza clave de la cultura popular, y el Condensador de Flujo es uno de los objetos más recordados. E incluirlo dentro de El Expreso Polar funciona como un guiño personal.
Un easter egg para verdaderos amantes del cine
El Condensador de Flujo no cambia la trama ni convierte a El Expreso Polar en una película de ciencia ficción. Pero sí refuerza algo importante: a Zemeckis le gusta divertir a su público. El también director de ¿Quién engañó a Roger Rabbit? y Forrest Gump sabe que habrá quienes miren más allá de lo evidente, quienes pausen, observen y conecten puntos.
Así que la próxima vez que veas la película, no solo te dejes llevar por la nieve y las campanas. Ten el control remoto cerca y pausa en el minuto 25:10. Indudablemente sonreirás al descubrir que, incluso en una historia navideña, el tiempo puede estar de tu lado.