Una película de deseo, intimidad y pasión construida desde momentos silencios y contemplativos.
Hay historias románticas que no necesitan grandes gestos ni diálogos excesivos para dejar huella. Películas como Llámame por tu nombre o Carol demostraron que las miradas prolongadas y los silencios pueden ser mucho más intensos que cualquier escena explícita.
En esa misma línea se mueve Retrato de una mujer en llamas, una película francesa del 2019 que; dirigida por Céline Sciamma; es prueba de que el erotismo y el arte pueden construirse perfectamente sin escenas de sexo explícito. Te contamos más sobre esta cinta reconocida en festivales internacionales.
Un amor entre pinceles y contemplación
La trama se sitúa a finales del siglo XVIII y sigue a Marianne (Noémie Merlant), una pintora encargada de realizar el retrato de Héloïse (Adèle Haenel), una joven aristócrata que está a punto de ser enviada a Milán para un matrimonio arreglado. El encargo debe hacerse en secreto, ya que Héloïse se niega a posar.
Entonces Marianne se hace pasar por dama de compañía y entre paseos, momentos cotidianos, gestos bien estudiados y pintura de noche la relación comienza a transformarse. Lo que inicia como observación profesional se convierte en una conexión emocional cada vez más intensa.
La trama cuestiona el amor, el arte y el camino impuesto a ambas mujeres mientras toma fuerza de la intimidad y el tiempo compartido.
Una galardonada joya del cine moderno
Uno de los grandes atractivos de Retrato de una mujer en llamas es su enfoque con perspectiva de género y su manera de replantear el deseo desde la igualdad. La historia da espacio a un erotismo construido desde el consentimiento y la complicidad.
Por este ángulo de la historia, la película fue ampliamente reconocida por la crítica. Ganó el Premio al Mejor Guion en el Festival de Cannes 2019, además del Queer Palm. También fue coronada como Mejor Película en los Premios del Cine Europeo, y obtuvo una aprobación del 97% en Rotten Tomatoes.
Elegante, devastadora y profundamente sensual Retrato de una mujer en llamas es de las cintas que se quedan contigo mucho después de terminar. Si estás en busca de algo romántico, visualmente hipnótico e inteligente; es una joya francesa imperdible del cine contemporáneo.