Las marionetas como nunca las habías visto
por Octavio AlfaroSeamos sinceros, siempre le queremos ver el lado chistoso y oscuro a las cosas. Le buscamos el doble sentido a casi todo y estamos atentos a no caer en algún albur que nos haga quedar mal. Por eso tal vez alguna vez nos hayamos imaginado mientras veíamos los Muppets o Plaza Sésamo: ¿cómo sería la vida de las marionetas si tuvieran libertad como nosotros y no dependieron de un humano?
¿Quién mató a los puppets? Retrata el lado oscuro, sexoso y vicioso de estos afelpados personajes, en un mundo en el que hombres y títeres conviven diariamente, pero éstos últimos son ciudadanos de segunda clase, denigrados a labores humillantes en su mayoría y discriminados por sólo saber cantar y bailar. Una propuesta que luce divertida en un comienzo, pero que poco a poco se desinfla hasta caer en un hoyo muy profundo.
La primera media hora seguro te ríes con alguna de las tonterías a las que hacen referencia los personajes y te diviertes acostumbrándote a ver a las marionetas caminando sin la mano que siempre los está moviendo. Pero después se toman muy en serio la trama central: el asesinato de algunos de los integrantes de una famosa serie televisiva. Un puppet expolicía y una detective con problemas de identidad, son elegidos para resolver el misterio y dejar sus diferencias pasadas a un lado. Esto tropieza a la cinta y la aleja del entretenimiento.
Cuando menos te das cuenta estás frente a dos incapaces agentes y un caso que hasta un principiante podría resolver. Se olvidaron de la frescura del humor para dar paso a algo carente de originalidad. Curiosamente el hijo del creador de los Muppets es el director de este intento fallido por darle un nuevo rostro a las marionetas.
Ni siquiera el humor de Melissa McCarthy sobresale, a excepción de una escena en particular, la actriz pasa a un segundo término sin brillar por su carisma como en otras ocasiones. Lástima que no pudieron mantener el humor negro toda la película, sino tal vez hubiera sido un mejor intento.