Críticas
4,0
Muy buena
Bad education

Más que un regaño social

por Iván Romero

Bad Education resulta una bocanada de aire fresco para los amantes del cine. Su recorrido es muy particular, ya que fue estrenada en el Festival de Cine de Toronto en 2019, recibiendo criticas sumamente positivas para sus protagonistas Hugh JackmanAllison Janney y para su director Cory Finley, quien anteriormente había sorprendido con la película: Thoroughbreds, el cual era todo lo opuesto: un ejercicio de suspenso efectivo, pero no con la distribución apropiada.

Bad Educatión estuvo a punto de vivir una historia similar, pero HBO la compró para estrenarla en el primer trimestre del 2020 y con esto se alejó de poder figurar en la temporada de premios pasada, especialmente para Jackman, quien da una de las mejores interpretaciones de su carrera, con un fantástico Frank Tassone, un hombre con doble moral, aparentemente recto, pero cuya integridad se va desmenuzando a lo largo de la trama. Lo cierto es que, al ser estrenada directamente en televisión, la cinta probablemente irá directamente a los Emmy, si es que se llevan a cabo.

El filme se podría considerar biográfico, aunque más que centrarse en un solo personaje o en la verdad de varios, gira alrededor de terribles hechos reales y por supuesto debe haber libertades creativas en cuanto a nombres o cronología y cifras que, de ser exhibidas a pesar de haber pasado mucho tiempo del evento, volverían a sonar para la sociedad norteamericana, ya que pone el dedo en una llaga que no deja de doler y alimentarse, no sólo en su sociedad, sino en la de muchos países por el tema de corrupción y empoderamiento desmedido.

Bad Education no quiere denunciar, más bien es un discurso acerca de la moral. La historia sigue a dos personajes: Frank Tassone (Jackman) y Pam Gluckin (Allison Janney); el primero un miembro ejemplar de una comunidad escolar, particularmente de la secundaría Roslyn de Long Island en Nueva York; la segunda una trabajadora del instituto y empleada de Tassone. Cuando el hijo de Pam realiza una serie de compras para su casa con la tarjeta de crédito de la escuela, los importes saltan dentro del área de finanzas del instituto. A la par una estudiante investiga los gastos hechos en los últimos años y los conceptos de las facturas que se metían para comprobar. Claramente sale a relucir la corrupción de ambas personas que dejaron boquiabierto al país.

La película es convencional en su narrativa y, aunque no sorprende con ningún arco argumental novedoso o ingenioso, hace una construcción de personajes y de eventos puntual, sin tomarse a la ligera y pone en el centro a las dos personas como protagonistas de este desfalco. Es imposible ponerse del lado de alguien y de ninguna manera puedes justificar o empatizar con ellos.

Es reiterativo, pero Jackman luce más delgado y le da un toque muy particular a su personaje. Su relación con Janney, aparte de iniciar con una gran química, pone en la mesa lo que quizá es uno de los temas más interesantes que tiene Bad Education: la doble moral. De la noche a la mañana se desconocen entre personas, se comienzan a juagar y no quieren saber nada más de sus contrapartes, sin ponerse a analizar que en cualquier momento sus malas jugadas le van a aventar en la cara todo lo que ha hecho.

La cinta tiene un humor negro que parece ser el sello de Finley, ya que en su anterior trabajo fue algo característico. El guion de Mike Makowsky tiene tintes de comedia negra, por lo que resulta una ironía, una carcajada al sistema podrido que aquí se evidencia, y que seguramente pasa en un sinfín de empresas y lugares. Bad Education es un filme imprescindible y sin duda se convertirá en uno de los mejores del 2020.