Aunque Hollywood nos regala espectáculos visuales llenos de explosiones, peleas y saltos imposibles, no siempre todo sale tan perfecto como parece. De hecho, algunos accidentes en los sets de filmación han terminado en verdaderas tragedias. Ahí tenemos los tristes casos de El Cuervo, donde Brandon Lee perdió la vida mientras realizaba dicha película, o el reciente y doloroso incidente en las grabaciones de Rust, donde la cinematógrafa Halyna Hutchins falleció tras un disparo involuntario por Alec Baldwin.
Afortunadamente, no todos los accidentes llegan a consecuencias fatales, pero eso no significa que no estén llenos de tensión. Un ejemplo de esto fue lo que sucedió con Angelina Jolie durante la filmación de una de sus películas de acción más recordadas, donde, sin querer, Gerard Butler estuvo a punto de convertir una escena en algo realmente trágico.
Todo ocurrió en Lara Croft Tomb Raider: La cuna de la vida, la segunda entrega de las aventuras de la arqueóloga más fuerte del cine. La película llegó en 2003 a la gran pantalla, con un presupuesto de 160 millones de dólares que lo apostó todo a la acción extrema, locaciones espectaculares y riesgos que se volvieron bastante reales.
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Durante el rodaje de una de las escenas más intensas de La cuna de la vida, donde Lara Croft (Jolie) y Terry Sheridan (Butler) tienen que zambullirse en el mar Mediterráneo, el peligro no vino de tiburones, tormentas o algún efecto especial fuera de control, sino de un error humano bajo el agua. En una de las tomas, los personajes debían nadar a través de cavernas sumergidas, un truco de riesgo que los actores decidieron hacer ellos mismos sin dobles, para darle realismo a la escena.
El problema surgió cuando Butler, en medio del movimiento bajo el agua, se desubicó y terminó empujando accidentalmente a Jolie hacia una roca submarina. La situación fue más grave de lo que parece: la actriz se golpeó fuertemente la cabeza contra la piedra y, según se cuenta, perdió brevemente la orientación, algo extremadamente peligroso cuando se está varios metros bajo la superficie.
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Por suerte, el equipo de buzos de seguridad estaba muy atento, y lograron asistirla a tiempo. Pero el susto fue tan grande que durante días todo el set estuvo en estado de alerta máxima, y Gerard Butler no dejaba de disculparse, mortificado de haber puesto en peligro a su compañera. Angelina Jolie, conocida por su espíritu aventurero y su amor por las escenas de acción reales, se lo tomó como toda una profesional. Aunque el golpe fue fuerte, no tardó en regresar al set para seguir filmando.
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Gerard Butler, por su parte, ha contado en entrevistas que ese incidente lo marcó profundamente, no sólo por el susto, sino porque genuinamente admiraba a Jolie y temía haber causado una tragedia irremediable. De hecho, el respeto mutuo entre ambos actores creció a partir de esa experiencia, y aunque La cuna de la vida no fue el megaéxito de taquilla que Paramount esperaba, el compañerismo entre Butler y Jolie se volvió una de las anécdotas más comentadas detrás de cámaras.