El cine mexicano es prácticamente una montaña rusa, con subidas emocionantes, curvas inesperadas y momentos que te sacuden hasta lo más profundo del alma. En su historia, hemos visto películas que han marcado un antes y un después. Desde la crudeza urbana de Amores perros, la mirada íntima de Alfonso Cuarón en Roma, hasta la polémica en torno a El crimen del Padre Amaro, el cine nacional ha sabido hablar fuerte y claro, en especial, cuando el tema es incómodo.
Y es que si hay algo que no se le puede negar al cine mexicano es su capacidad de provocar y dejar al espectador pensando. El séptimo arte en México no teme hablar de sexo, deseos reprimidos, violencia, injusticias o relaciones tan enredadas que uno ya no sabe si debería reír, llorar o mirar para otro lado. Lo cierto es que el cine nacional también tiene ese lado oscuro y pasional que no es apto para todos.
Y justo así es Las Oscuras Primaveras, una cinta que se esconde bajo una atmósfera que parece común y corriente, pero que en el fondo está llena de fuego, represión y mucha tensión sexual. Es el tipo de historia que no se olvida fácil, y aunque no es tan popular como otras, quienes la han visto no pueden dejar de pensar todo lo que ocurre en ella. Dirigida por Ernesto Contreras, Las Oscuras Primaveras está protagonizada por Cecilia Suárez, José María Yazpik e Irene Azuela.
El Volar del Colibrí
En esta historia no hay superhéroes, ni finales felices, ni tampoco moralejas de lo que debe de ser. Lo que el público encuentra en Las Oscuras Primaveras es un retrato intenso y brutalmente honesto de dos personas atrapadas en sus propias fantasías. Igor, interpretado por Yazpik, es un tipo callado, atrapado en la rutina, y Pina, con la actuación de Azuela, es una madre soltera que carga con una sensualidad que no sabe esconder.
Cuando sus vidas se cruzan por casualidad, entre ellos explota el deseo sexual y a pesar de saber que amarse tendrá consecuencias desgarradoras para terceras personas, deciden iniciar una apasionada relación. El encuentro los libera momentáneamente de sus fantasmas, pero las cosas no tardan en salirse de control. Cuando Pina decide mandar a hacer un disfraz de león para su hijo e Igor compra una fotocopiadora para su esposa, las casualidades hacen que Flora descubra la vida de los personajes comienza a caerse a pedazos.
El Volar del Colibrí
Las Oscuras Primaveras no es una película para ver en familia un domingo por la tarde. Esta es de esas cintas que se disfrutan mejor en solitario o en pareja, porque te va a dejar pensando muchas cosas. Lo más interesante de Las Oscuras Primaveras es que no juzga a sus personajes, sino los muestra como son: humanos, rotos, deseosos y confundidos.