75 años, 100 películas, pero ni un solo Oscar: es justo o injusto para la actriz más grande de la ciencia ficción estadounidense
Sergio Negrete
Sergio Negrete
-Redactor
Mi infancia estuvo repleta de películas de Disney en VHS. Bien podría ser un personaje de 'El diario de Bridget Jones', 'Fleabag' o 'Parks and Recreation'

Hoy, a los 75 años, esta figura sigue trabajando sorprendiendo e inspirando. Puede que nunca gane un Oscar, pero su lugar en la historia ya está asegurado.

Hollywood está lleno de injusticias. Cada año, la Academia entrega estatuillas doradas que se convierten en símbolos de prestigio y reconocimiento, como en los casos de Meryl Streep, Christopher Nolan y Todo en todas partes al mismo tiempo. Pero también deja fuera a figuras que han marcado la historia del cine mucho más allá de cualquier premio. Y si hablamos de esas grandes omisiones, hay un nombre que no puede faltar en la conversación: el de una actriz que revolucionó la ciencia ficción, que se convirtió en ícono de varias generaciones y que, increíblemente, nunca ha ganado un Oscar.

Estamos hablando de alguien que no solo protagonizó una de las sagas más importantes de todos los tiempos, sino que también le abrió la puerta a los personajes femeninos fuertes en un género dominado por hombres. Una mujer que a sus 75 años acumula más de 100 producciones en cine y televisión, que ha trabajado con los directores más influyentes y que todavía sigue activa, conquistando nuevos proyectos y nuevas audiencias.

Alien, el octavo pasajero
Alien, el octavo pasajero
Fecha de estreno 24 de octubre de 2003 | 1h 56min
Dirigida por Ridley Scott
Con Sigourney Weaver, Tom Skerritt, Veronica Cartwright
Medios
4,3
Usuarios
3,6
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Una pionera del cine de género

Esa actriz es nada más y nada menos que Sigourney Weaver, la eterna Ellen Ripley de Alien, el octavo pasajero, la heroína espacial que convirtió el miedo a los xenomorfos en una obra maestra del terror y la ciencia ficción. Antes de ella, los grandes héroes de la ciencia ficción eran casi siempre hombres: astronautas valientes, militares duros o científicos brillantes. Pero en 1979, Ridley Scott cambió las reglas del juego al poner en el centro de Alien a una oficial que no solo sobrevivía, sino que lideraba con inteligencia y temple de acero.

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Fue así que Ellen Ripley se convirtió en un referente inmediato. Weaver no solo la interpretó con fuerza, también le dio humanidad. No era una máquina de matar, era una mujer con miedo que aun así enfrentaba lo imposible. Esa mezcla de vulnerabilidad y determinación la volvió inolvidable. Y con cada secuela, Ripley fue creciendo hasta convertirse en la madre de todas las heroínas del cine de acción.

Tres nominaciones y ningún premio

Ahora bien, sería injusto decir que la Academia nunca la reconoció. Weaver estuvo nominada al Oscar en tres ocasiones: por Aliens de 1986, Gorilas en la niebla y Armas de mujer. Tres papeles completamente distintos que demostraron su versatilidad. En un mismo periodo podía ser la guerrera futurista, la investigadora comprometida o la ejecutiva ambiciosa.

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Pero, como suele ocurrir en la historia de los premios, las estatuillas terminaron en otras manos. Y desde entonces, por increíble que parezca, Weaver nunca volvió a estar entre las nominadas. Mientras tanto, su carrera siguió creciendo con títulos como Cazafantasmas, La muerte y la doncella, Avatar y La cabaña del terror.

¿De verdad importa que no tenga un Oscar? Para muchos fans, la respuesta es un rotundo no. Sigourney Weaver trascendió el premio porque se convirtió en parte de la cultura popular. Ripley es un personaje estudiado en escuelas de cine, analizado en ensayos académicos y homenajeado en decenas de producciones. Y eso es algo que ningún premio puede igualar.

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