Sandra Bullock siempre ha tenido un olfato especial para elegir proyectos que conectan muy bien con el público. Desde su salto a la fama en Máxima velocidad hasta convertirse en referente con comedias como Miss Simpatía o dramas como Un sueño posible, su trayectoria está llena de personajes memorables. Sin embargo, incluso las grandes estrellas tienen decisiones de las que luego se arrepienten.
A finales de los noventa, cuando el cine de ciencia ficción buscaba nuevas formas de reinventarse, que un dúo de hermanas estaban cocinando un proyecto que cambiaría para siempre el género. Ambas buscaban a los protagonistas de una película que mezclaba filosofía, artes marciales y efectos especiales nunca antes vistos. Entre las opciones para el papel femenino principal estaba Sandra Bullock, pero al final dijo que no.
El papel que no fue
Las hermanas Wachowski tenían claro que necesitaban una actriz fuerte y carismática para dar vida a Trinity en Matrix. Bullock ya era reconocida en Hollywood, pero al leer la propuesta, no quedó convencida. Según ella misma ha contado después, en ese momento no comprendía del todo la magnitud de la historia.
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El guion estaba lleno de conceptos extraños sobre mundos virtuales, humanos conectados a máquinas y elegidos destinados a cambiar el destino de la humanidad. Así que dijo que se vio obligada a decir que no y el papel pasó a manos de Carrie-Anne Moss. Y el resto es historia: Trinity se convirtió en un ícono de la ciencia ficción y en uno de los personajes femeninos más recordados de las últimas décadas.
Lo que pudo ser y no fue
Bullock ha admitido años después que rechazar el papel fue un error. Y no es para menos: Matrix no solo se convirtió en un éxito mundial, sino en una obra que redefinió la ciencia ficción y marcó a toda una generación. La química entre Moss y Keanu Reeves fue perfecta, y la estética de la película sigue influyendo en la cultura popular.
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¿Habría funcionado igual con Sandra? Nunca lo sabremos. Lo que está claro es que, de haber aceptado, su carrera habría tomado un rumbo muy distinto, y tal vez, no habría aparecido en otras grandes cintas como Hechizo de amor y La propuesta.
Al final, la vida sigue
Aunque perdió esa oportunidad, Bullock siguió construyendo una filmografía sólida. Ganó un Oscar por Un sueño posible, trabajó en thrillers intensos como Gravedad y hasta protagonizó comedias románticas que hoy son clásicos de domingo por la tarde. Quizás no fue Trinity, pero su lugar en Hollywood quedó asegurado. Aun así, la anécdota siempre regresa en entrevistas y reportajes sobre el momento en el que Sandra Bullock le dijo que no a Matrix.