Cuando se hace cine hay productoras que lo apuestan todo por películas caras que consiguen recuperar con creces la inversión, como Avengers: Infinity War, pero hay ocasiones en que la suerte no favorece tanto.
Y tal fue el caso de La isla de las cabezas cortadas que es el ejemplo perfecto de un agujero financiero que arrastró a su productora: Carolco Pictures.
Un apuesta segura que se convirtió en riesgo muy pronto
La película, dirigida por Renny Harlin fue concebida originalmente como la cinta capaz de revivir el género de los piratas de capa y espada que El corsario rojo o El capitán Blood popularizaron. Sin embargo, La isla de las cabezas cortadas rápidamente se convirtió en algo más trágico.
Su presupuesto inicial era de 60 millones de dólares; lo que hizo que Carolco Pictures se decidiera por este proyecto en vez de uno de presupuesto elevado protagonizado por Arnold Schwarzenegger; pero en medio de la producción el costo se disparó.
Metro-Goldwyn-Mayer
Entre la costosa construcción de barcos de madera reales y los numerosos retrasos, el presupuesto final superó los 115 millones de dólares. Para cuando estrenó en 1995 La isla de las cabezas cortadas recaudó apenas 10 millones de dólares en Estados Unidos y 18 millones más a nivel mundial.
Las pérdidas y el cierre de un estudio
Tras su penoso paso por salas de cine la pérdida neta estimada del proyecto quedó en 97 millones de dólares, lo que el día de hoy sería equivalente a unos 195 millones. La isla de las cabezas cortadas se convirtió en uno de los mayores fracasos del cine.
Metro-Goldwyn-Mayer
Para la productora Carolco Pictures, que también estuvo detrás de Terminator 2, El vengador del futuro, Máximo riesgo, Bajos instintos, The Doors y más, esta cinta fue su perdición. Fundada en 1976 por Mario Kassar y Andrew Vajna, la compañía ya arrastraba deudas antes de hacer su apuesta final, y el desastre financiero de la cinta los llevó a su desaparición definitiva.
En 1996, Carolco vendió sus últimos activos a Twentieth Century Fox por 50 millones de dólares, poniendo fin a una aventura cinematográfica marcada por algunos de los mayores éxitos de acción de los 80 y 90.
En cuanto al cine de piratas, el fracaso de La isla de las cabezas cortadas dejó una huella tan profunda que Disney estuvo a punto de renunciar años después a producir Piratas del Caribe, aunque sabemos que en esta ocasión la suerte sí estuvo de su lado.