Cada año, cuando llega diciembre, el mundo entero parece rendirse ante una sola figura navideña: Santa Claus. El cine, la televisión, las canciones y hasta los anuncios comerciales lo han convertido en el rey absoluto de la temporada. Klaus, Santa Claúsula, El expreso polar y El origen de los guardianes rinden honor al hombre del traje rojo y blanco.
Pero, hay otros tres personajes que también cargan con regalos, responsabilidad y menos reconocimiento a nivel mundial: Melchor, Gaspar y Baltasar. Las películas navideñas suelen repetir la misma fórmula pero muy pocas se atreven a cuestionar el monopolio que Papá Noel tiene sobre la Navidad. Pero existe una comedia que hace exactamente eso: revelar la inconformidad de los Reyes Magos frente a la popularidad aplastante de su colega del Polo Norte.
Una comedia que reinventa a los Reyes Magos
Hablamos de Los Reyes Magos: La verdad, una película que imagina qué ocurriría si sus majestades decidieran contar su versión de los hechos, sin filtros, sin protocolos y muy cansados de vivir a la sombra de Santa. En esta aventura inesperada, Melchor, Gaspar y Baltasar permiten por primera vez que un equipo de documentalistas entre a su palacio para registrar su día a día mientras se preparan para la tradicional cabalgata de Reyes.
Lo que comienza como un simple acercamiento al trío rápidamente se convierte en un caos deliciosamente absurdo cuando sus majestades deciden que es hora de modernizar su imagen. Para ello, se ponen en manos de su nueva mánager, Lola, una mujer empeñada en convertirlos en estrellas contemporáneas.
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Y no lo hará sola: contará con la participación de colaboradores tan extravagantes como Lorenzo Caprile, Almudena Cid, Jordi Hurtado, Esty Quesada y Rozalén, quienes intentarán actualizar a los Reyes, aunque eso a veces implique arruinar siglos de ceremonias sagradas. El resultado es un desfile de humor, crisis de identidad y dudas existenciales que los llevan a preguntarse por qué ahora nadie los recuerda fuera de España y Latinoamérica.
Melchor, Gaspar y Baltasar como nunca los habías visto
La película destaca por humanizarlos hasta el extremo: aquí los Reyes tienen estrés, inseguridades, problemas de logística, diferencias entre ellos y un resentimiento hacia Santa Claus, quien ocupa todas las portadas mientras ellos se quedan con una sola noche de atención.
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Su convivencia con Lola provoca situaciones tan ridículas como brillantes, desde intentos fallidos por viralizarse en redes sociales hasta discusiones sobre quién es el rey favorito. La película juega con todos los clichés posibles, pero lo hace con cariño y un sentido del humor que encanta tanto a niños como a adultos.
Los Reyes Magos: La verdad funciona porque toma una tradición profundamente arraigada y la mira con ironía, absurdidad y ternura. La cinta no pretende derribar mitos, sino reírse de ellos, celebrarlos y recordar que la magia navideña también puede venir envuelta en humor meta y autocrítica.
