Algo que caracteriza a Milla 22 respecto a los proyectos bélicos anteriores de Wahlberg es que esta vez los sucesos retratados no están basados en hechos reales. Esto significó mayor libertad para él y los miembros de la producción ya que pudieron crear a los personajes por completo y el ambiente que deseaban para desarrollar la cinta:
“Tras hacer tres películas basadas en tragedias de la vida real, llegamos al punto de decir: «Ya está…» Son películas complicados de hacer. Uno está tratando con gente que sufrió una pérdida tremenda. Fue así que en esta instancia solo quisimos hacer algo que nos diera más libertad, que fuera nuestra propia versión de «pasarlo bien»”, menciona Mark.