La serie era una mezcla rara entre conflictos adolescentes y el humor negro. Su protagonista interpretada por Kristen Bell, llevaba una especie de doble vida como adolescente y como detective privada, que se vio obligada a vivir por un evento traumático de su pasado. Veronica echaba una mano a sus compañeros del colegio, obviamente después del respectivo pago, a descubrir quién se dedicaba a arruinarles la reputación o había robado a su perro, y al mismo tiempo intentaba averiguar quién había asesinado a Lily Kane, su mejor amiga. Y lo hacía todo con gran sentido del humor y carisma.