Para colmo, Benioff y Weiss sacrificaron trama y desarrollo para hacer de 'Game of Thrones' un despliegue de efectos visuales, como si fuera película de superhéroes de las de antes. Así, mucho del tiempo y presupuesto se fueron en largas y espectaculares escenas de dragones que no necesitaban durar tanto, como en la que Daenerys (Emilia Clarke) y Jon (Kit Harington) vuelan a la cascada nevada o la espectacular pero eterna secuencia de la destrucción de King’s Landing, que no se aprovechó para que sucediera ni descubriéramos nada nuevo. ¿A poco no se quedaron con ganas de saber qué pasaba por la mente de Daenerys mientras masacraba a su pueblo?