Tristemente el camino labrado con aplausos y admiración que obtuvieron en la primera temporada sufre un retroceso, ya que la historia de Titans no tiene las bases ideales para sostener 13 episodios y dejarte con ganas de más. Hay decisiones muy cuestionables para ciertos personajes y situaciones que terminas odiando. Obviamente esto entorpece la trama y a la postre provoca aburrimiento, sin dejar de mencionar que algunas circunstancias son verdaderamente ridículas y hasta contradictorias (tristemente eso incluye a Bruce Wayne), sin dejar a un lado que los miembros del equipo andan en su rollo individual por demasiado tiempo.
Por momentos parece que quisieron revertir diversos planteamientos con un as bajo la manga, pero resulta ser un tremendo tropiezo. Además, en buena parte de los episodios el equipo está dividido, por lo que también le va restando puntos a lo que vemos. Sí hay secuencias de peleas, aunque tampoco son tan satisfactorias, mientras que el tono oscuro y en cierto punto profundo y surrealista es olvidado por la pretensión que tuvieron en la mayor parte de la historia.
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