Muchos creen que Roal Dahl no estaría conforme al ver la nueva versión de su clásica novela infantil: Las brujas, dirigida por el hombre detrás de Forrest Gump y Volver al futuro: Robert Zemeckis. El año que estrenó la primera adaptación cinematográfica fue justo cuando el autor murió: 1990, por lo que no pudo ser testigo del efecto que la película con Anjelica Huston tuvo en varias generaciones. ¿Sucederá lo mismo con Anne Hathaway? La verdad lo dudamos, a pesar de que en general la visión del 2020 es mucho más cercana a lo que el escritor inglés escribió. Su universo estaba compuesto por historias para niños y en eso la nueva versión es muy lograda, ya que su público objetivo es justamente ese.
La crítica no ha sido especialmente cariñosa con la cinta con Octavia Spencer y Stanley Tucci y sólo en pocos países (entre ellos México) ha llegado a cines, por lo que su permanencia en la memoria colectiva dependerá de su difusión en plataformas streaming en los próximos años. Con su estreno, las comparaciones eran obligatorias, pero más que decidir si una es buena o mala, valdría la pena analizar cuáles son las diferencia entre las dos adaptaciones fílmicas.
EL TONO
En Las brujas de 1990, el director Nicolas Roeg le dio un tono inusual al cuento con secuencias que helaron la sangre a una generación y ni hablar del maquillaje de Huston, terrorífico. Todo es más sombrío, misterioso, mientras que en la versión de Zemeckis, los colores son chillantes incluyendo el vestuario de los protagonistas. El niño protagonista es feliz todo el tiempo, siendo ratón o no y se percibe un aroma de chiste de sitcom más que de miedo. ¡Son brujas!
LA GRAN BRUJA
Lo más criticado de Las brujas de este año, desde que el tráiler salió, fue cómo adaptaron a la Gran Bruja (Hathaway). Primero hay que dejar muy claro que las dos versiones de este personaje son exageradas, teatrales y absurdas hasta el límite; eso está en las páginas del libro y tanto Anjelica Huston como Anne Hathaway lo entendieron, aunque con su propio estilo. En la de 1990, la actriz usó más su físico como expresión: las miradas, su manera de caminar, vestidos ceñidos... No es una bruja sexual, es un ser malévolo que parece analizar todo a cada momento. Cuando se quita el disfraz de humana tiene una enorme joroba y una nariz gigantesca (de pesadilla), así como unos dedos extremadamente largos.
Anne, por su parte, cuenta con una cicatriz que atraviesa las comisuras de su boca, porque al dejarla ver en su forma natural se abre de oreja a oreja y muestra unos enormes dientes puntiagudos. Tiene sólo tres dedos en la mano y un dedo en el pie, pero a Anjelica no se le hace una toma exacta de sus pies. Hathaway puede levitar y sus brazos, cual víbora, se extienden sin límite hasta alcanzar a su presa, algo que no sucede en la versión noventera.
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