A pesar de creer que habían salvado a Sabrina (Kiernan Shipka) de una muerte segura dentro de El abismo, lo único que consiguieron Ambrose (Chance Perdomo), Zelda (Miranda Otto), Hilda (Lucy Davis) y Nicholas (Gavin Leatherwood) fue que su alma tomara el cuerpo de su gemela Morningstar, pero con una parte de la entidad cósmica viviendo dentro de ella, esto le otorgó poderes inimaginables y con el mínimo esfuerzo enviaba a otra dimensión del espacio-tiempo a toda clase de objetos y personas. En pocas palabras: se había convertido en una amenaza.
Fue así que decidió alejarse de todos sus seres queridos, inclusive de Harvey (Ross Lynch) y Theo (Lachlan Watson). Ya en un punto desconocido el mismísimo Faustus Blackwood (Richard Coyle) le ofreció enseñarle a controlar sus destructivos poderes con la falsa promesa de liberarse de los mismos en un futuro.
El verdadero fin de Blackwood era enviar los poderes de El abismo a una cámara de contención para después hacerse de los mismo y exterminar el mundo entero. Esto significaría sacrificar a Sabrina en el proceso; por supuesto este fue el punto más álgido de la serie ya que la protagonista aceptó que era el único modo de traer de vuelta a todos aquellos que fueron capturados por su poder, entre los que se encontraba Rosalind (Jaz Sinclair) y el padre de Harvey.
MUERTE DE SABRINA Y SU ESTANCIA EN EL MÁS ALLÁ
Una vez que su familia y amigos lograron rescatar a todos los que sufrieron la ira de sus nuevos poderes, Sabrina perdió la vida al desangrarse sobre una piedra de sacrificios rodeada de sus tías Hilda y Zelda, no sin antes recordar los momentos más preciados que vivió y de los cuales fuimos testigos a lo largo de las cuatro temporadas, sin duda uno de los momentos más emotivos y que puso los sentimientos a flor de piel de todo verdadero fan.
Después de la tormenta viene la calma, la Academia de hechicería que rinde tributo a Hécate ahora muestra una conmemorativa escultura de Sabrina; no podemos olvidar que Prudence (Tati Gabrielle) decidió cortar en partes el cuerpo de Faustus para repartirlo al rededor del mundo y así no pudiera ser jamás una amenaza, recordemos que Blackwood cuenta con la marca de Caín, por lo que es inmortal.
Es así como llegamos al momento más emblemático: Sabrina en el Bello más allá, un sitio de paz y tranquilidad después de la muerte donde su alma yace sin sufrimiento, incluso podemos ver tres enormes pinturas, cada uno simboliza un reino: infierno, plano terrenal y el cielo, mientras la joven bruja lee lo que bien podría ser su diario de vida mientras sonríe.
Por supuesto el amor verdadero es para toda la eternidad, por ello Nicholas aparece de manera inesperada, quien explica que fue a nadar al Mar de los Lamentos mientras tenía resaca, una forma de decirle a Sabrina que se quitó la vida sólo para estar junto a ella en el más allá. Fue así como sus almas se reencontraron en otro reino, uno misterioso que no pertenece a nada antes conocido, donde vivirá su amor para siempre.