A punto de morir, Judas Iscariote reflexiona sobre sus actos cometidos y su vida; una que desde su nacimiento en un burdel, estuvo marcada por la violencia, el abandono y la culpa. Hijo de una prostituta que murió al darlo a luz, creció entre los márgenes de la sociedad tratando de sobrevivir en un entorno hostil, convirtiéndose en el protector y explotador de las mujeres del lugar, incluida María Magdalena, a quien considera como una hija. Pero su desconfiada mentalidad cambió luego de ver cómo un hombre llamado Jesús salvaba a María Magdalena de una cruel lapidación. Impactado por este acto, Judas decide abandonar su antigua vida y se une como el último de sus discípulos en su camino de la fe. Pero tras años de predicación, caminatas por pueblos y enseñanzas, una noche decisiva lo conduce a un destino profético: una traición que no nació del egoísmo ni del odio, sino de una idea distorsionada para cumplir un plan divino.