En junio de 1983, la física y astronauta norteamericana Sally Ride se convirtió en la primera mujer astronauta norteamericana en viajar al espacio, a bordo del transbordador espacial Challenger, en la misión STS-7. Pero debajo se su imperturbable serenidad, se escondía una relación romántica con la extenista Tam O’Shaughnessy, una que no podía ser revelada en la época y que las llevó a enfrentar cientos de sacrificios, a lo largo de veintisiete años. En el documental Sally, la cineasta Cristina Costantini (Own the Room), ofrece un retrato intimo y completo de la astronauta, entrelazando con habilidad ambas narrativas de la historia de Ride: el romance privado que compartió con su pareja y la trayectoria profesional de su tiempo en el programa espacial que la vio luchar contra el sexismo y la homofobia manifiestos, lo que la motivó a mantener el secreto. Con imágenes de archivo poco comunes, la directora explora el entrenamiento y las misiones de la NASA, mientras que las apariciones en la prensa reflejan el frenesí mediático al que Ride fue sometida tanto antes como después de su histórico primer vuelo.