En un remoto valle de Oaxaca, Leobardo vive junto a su hijo Olivo, un niño de once años, mientras enfrenta con temor la certeza de su inminente muerte. Decidido a dejarle varias enseñanzas y prepararlo para la vida adulta, emprende un viaje iniciático que marcará el corazón de su hijo, así como su profundo vínculo que los une. Varios años más tarde, Leobardo regresa como espíritu, observando en silencio cómo su hijo crece, se enamora y enfrenta las distintas complejidades de la vida adulta. Recientemente, Olivo se ha enamorado de Elida, una joven comprometida por las tradiciones del pueblo con Damián, un hombre mayor, orgulloso, adinerado y plenamente convencido por celebrar estas viejas usanzas. Cansada de vivir bajo estas estrictas tradiciones, Elida decide desafiar su comunidad y rechaza su matrimonio arreglado con Damián, guiándola hacia Olivo, quien sigue los mismos pasos de su difunto padre.