El presupuesto aumento de 55 a 70 millones de dólares, 15 de los cuales fueron el salario del actor Eddie Murphy.
Luego del estreno de la segunda parte de la cinta, Eddie Murphy fue inquirido sobre la posibilidad de una tercera parte a lo que respondió: “No hay razón para hacerlo. No necesito el dinero y no va a abrir nuevos caminos. ¿Con qué frecuencia puedes hacer que Axel Foley hable rápido y se meta en un lugar al que no pertenece? Pero están desarrollando guiones para ello. Están en preproducción. La única razón para hacerla es ganarle al banco y Paramount no me va a escribir ningún cheque tan grande como quiero para hacer algo así”.
Existieron varias ideas previas a la que terminaron filmando, incluyendo una escrita por el famoso guionista Robert Towne, sobre la forma en que Foley lidiaba con su estatus de celebridad como policía. Otra idea versaba en llevar a Foley a Inglaterra y asociarlo con un detective de Scotland Yard, potencialmente con Sean Connery en el papel.
Varios miembros del equipo de producción aseguraron que Murphy estaba deprimido y sin energía durante el rodaje. El propio director, John Landis, aseguró que si la cinta carecía de momentos cómicos fue debido a la propia falta de alegría del actor.
Además de John Landis, los directores Joe Dante, Kevin Hooks y Robert Townsend fueron considerados para la labor.