Filmada en rollos de 35 mm deliberadamente degradados, la cinta fue financiada personalmente por Boll usando los 50,000 dólares que le quedaban en su cuenta comercial después de la disolución de su asociación con Frank Lustig, con quien había colaborado previamente en sus películas anteriores. Temiendo que Amoklauf pudiera ser su última película, Boll la hizo a modo de despedida, con un tema central sobre las capacidades y horrores que los humanos cometen.
En su estrenó en Berlín, varias personas se salieron de las funciones por las escenas de violencia mostradas.