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    Cementerio maldito
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    Cementerio maldito

    La necedad de evitar la muerte

    por Tamara Cuevas

    Los Ramones me han ahorrado las palabras y los largos párrafos para esta crítica. Todo se resume al coro de una de sus canciones: I don’t want to be buried in a pet cemetery. I don’t want to live my life again. Y sí, la situación que nos plantea Cementerio maldito es algo que nadie querría vivir y una trama que solo una mente tan macabra como la de Stephen King pudo imaginar. Este - no tan esperado - remake deja un buen sabor de boca pero tampoco es algo que nos provocará pesadillas para siempre (como El Exorcista).

    La adaptación original de esta novela de Stephen King llegó a la pantalla grande en 1989 bajo el nombre de Cementerio de mascotas (en México), siendo una de las primeras - sino es que la primera - cinta de terror dirigida por una mujer, Mary Lambert. Dicha adaptación contó con un guion elaborado por el mismo King, que también desempeñó un pequeño papel en la película. Cementerio de mascotas alcanzó un grado de película de culto aunque vista hoy en día no nos parecería nada del otro mundo.

    En esta nueva entrega - a cargo de Kevin Kölsch y Dennis Widmyer - se nos presenta a Louis Creed (Jason Clarke), un médico que está harto del ajetreo de las grandes ciudades y decide mudarse, junto con su esposa, sus dos hijos y su pequeño gato, al pequeño y tranquilo poblado de Maine. A diferencia de lo que pensó Louis, todo en su vida se altera, incluso su sueño, pues todas las noches aparece un joven - que murió en sus brazos  - para hablarle de cosas que no comprende pero que poco a poco irán haciéndole sentido.

    La muerte y el significado de ésta se hacen presentes desde el primer minuto en la atmósfera de Cementerio maldito. Más allá de las escenas con toques de gore y “homenajes” a la original, el guion hace un trabajo espectacular al darnos a entender que, en realidad, todo se trata de la manera tan absurda y necia en que muchas veces el ser humano se niega a aceptar la muerte como un proceso natural de la vida.

    Aunque se vendió como remake, Cementerio maldito se toma varias licencias para alejarse de su predecesora. Una de ellas es la libre elección la hermana mayor como la persona a la que se enterrará en el cementerio de mascotas detrás de la casa. Otra de ellas es la diferente escenificación del camposanto en sí: en la original parecía más una especie de campo acomodado estratégicamente por alienígenas, en ésta podría fácilmente pasar por un nuevo círculo del infierno de Aligheri, a final de cuentas Dante (Louis en este caso) también tiene a su Virgilio (Jud) en esta película. Lo que sí se mantiene igual son las patéticas - pero divertidas - escenas de peleas entre padre e hijo; no mientan porque ustedes también soltaron una carcajada durante la riña de la producción original.

    La historia nos ha enseñado que, a veces, las secuelas, remakes o reboots, son justo lo que se necesita para terminar de arruinar una franquicia. Aunque pocos, hay varios casos de éxitos, entre ellos Blade Runner 2049 de Denis Villenueve, que se planteó como una secuela pero que reinventó por completo la historia de una de las mejores cintas de ciencia ficción. En el caso de Cementerio Maldito, la cinta no logra plantarse con pies firmes en el terreno del género del horror, pero se agradece sinceramente que no recurra al susto fácil cada tres segundos. No obstante el buen ejercicio de Cementerio maldito, sigo - y seguiré - reclamando la omisión de la recreación de la mágnifica escena de “No fair”, ¿ustedes no?

     

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