Dios no está muerto

En Dios no está muerto, Josh Wheaton es un estudiante universitario, de primer año, que, asistiendo a una clase de filosofía, es enfrentado a sus creencias en el entorno colegial. El profesor Jeffrey Radisson, un ateo intransigente, les exige a todos sus estudiantes que, para aprobar la materia, deben firmar una carta donde declaren que Dios está muerto y que en realidad nunca existió. Debido a sus creencias cristianas, Josh es el único alumno de la clase que se niega a firmar tal declaración. La decisión del joven lleva al profesor a retarlo a debatir sobre sus creencias y la negativa de la existencia de un Dios que, aparentemente, ha dañado fuertemente a Radisson. Tras refutar todos sus argumentos, Josh ve peligrar la oportunidad de estudiar derecho, la cual depende de aprobar con una nota alta la clase del profesor Raddison. Tanto los amigos, como la familia y hasta su novia insisten que Josh debe abandonar sus argumentos y sólo aceptar firmar la declaración para aprobar la materia, pero el joven se mantendrá firme en sus creencias y enfrentará al profesor para conseguir convencerlo.