Esta es la primera película que dirige Cesc Gay, en la que no hay un reparto coral y los protagonistas son únicamente dos.
La cinta recibió la Concha de Planta, premio al mejor actor, tanto para Ricardo Darín como para Javier Cámara, en el Festival Internacional de San Sebastián, en 2015.
El perro de la cinta es una cruza de bulldog con un mastín, llamado Troilo. Desafortunadamente, el perro falleció poco tiempo después de la filmación.