Mi cuenta
    Jóvenes brujas: Nueva hermandad
    Críticas
    2,0
    Pasable
    Jóvenes brujas: Nueva hermandad

    Ni 10,000 conjuros logran que sea recordada

    por Iván Romero

    xDe nueva cuenta estamos hablando sobre lo icónica que fue la década de los 90, especialmente para la cultura popular. La cantidad de filmes y series que representan estos años y que ahora se retoman son innumerables. A propósito de esto, en 1996, una película de adolescentes titulada: Jóvenes brujas (The Craft, título original) llegó a los cines como cualquier otra opción de fantasía mainstream, pero ha resistido los embates del tiempo y ahora es objeto de una versión.

    La historia se centraba en Sarah Bailey (Robin Tunney), una joven con pasado misterioso y que llega a una nueva ciudad con sus padres, así que debe adaptarse al colegio, compañeros y a que dentro de ella ocurren eventos sobrenaturales. Afortunadamente, no pasa mucho tiempo para que conozca a Nancy (Fairuza Balk), Bonnie (Neve Campbell) y Rochelle (Rachel True), chicas aisladas del colegio que practican la brujería. El inicio parece excitante, pero mientras más empiezan a jugar con fuego, las cosas se salen de control. ¿Por qué menciono la premisa del filme original? Porque incluso es más interesante y, si no la han visto, les garantizo que el viaje será más placentero que la nueva hermandad.

    Casi 25 años después, la cinta original es considerada de culto y queridísima por muchísima gente. Ahora, Jason Blum, dueño de la productora de terror más exitoso de la última década: Blumhouse, adquiere los derechos de la cinta para proponer una franquicia: Jóvenes brujas: Nueva hermandad, una especie de reboot y secuela al mismo tiempo. Es cierto, este nuevo producto va dirigido para generaciones recientes, pero no ofrece nada diferente y es ramplón, ingenuo y sin personalidad alguna.

    Una película de esas que hacen para que los estudios gasten sus presupuestos que tienen por añadidura y obligación y se vayan directo a Blu-ray, o el Video On Demand. De hecho, esto es lo que ocurrió en Estados Unidos con este filme, ya que debido a la pandemia lo estrenaron de esta manera, pero no es extraño, porque no repararon en ningún momento en mover la fecha de estreno.

    La premisa es la misma, girando todo entorno a Lily (Cailee Spaeny), la nueva de la escuela y su encuentro con tres chicas brujas más. No hay una villana fuerte, como en el caso de Nancy en la anterior versión, que perdió la cordura y la ambición la devoró. Hay muchísimos guiños al filme original, pero estos son planos y carentes de emoción. Nunca conocemos realmente a ninguna de las cuatro chicas y la química entre ellas es nula, lo cual era realmente importante para que esto funcionara para las nuevas generaciones. Además, quien resulta ser el antagonista a vencer se siente forzado y de risa loca.

    Sorprende que actores como David DuchovnyMichelle Monaghan se encuentren en este proyecto; ambos interpretan a los padres de la protagonista, pero sus personajes son unidimensionales como el resto de los papeles y llega un momento en que se te olvida que forman parte de la historia. No hay un arco narrativo real y el clímax parece escrito con calzador. Podría seguir, pero sería masoquismo.

    Al final hay un guiño que no revelaré, pero hace que Jóvenes brujas: Nueva hermandad se convierta en una secuela directa al filme de los 90, aunque para ese momento ya es muy tarde para crear emoción al respecto y uno solo agradece que la cinta termine.

    Jóvenes brujas: Nueva hermandad sólo se cuelga del título de la película original para atraer atención a ella, pero no tiene la suficiente fuerza para destacarse por sí sola y es una lástima, porque de haber hecho bien las cosas quizá estaríamos frente a una franquicia potencia. Desafortunadamente ni 10,000 conjuros lograrán que esta película logre ser recordada con dignidad. Nancy, Bonnie, Sarah y Rochelle estarían avergonzadas de esto. ¡Paren ya!

    Comentarios

    Back to Top