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    High Life
    Críticas
    4,5
    Imprescindible
    High Life

    Un viaje existencialista en medio del espacio

    por Cristina Ibañez

    Los grandes descubrimientos científicos se logran a un precio muy alto. De acuerdo con la directora francesa, Claire Dennis, la búsqueda del hombre por prevalacer va de la mano con la crueldad y el sacrificio. Es por eso que su primera película en inglés, High Life, hace un profundo análisis de la existencia y la precipitación de los seres humanos por tirarse hacia al vacío.

    En un futuro no muy lejano, un grupo de criminales son seleccionados para participar en un experimento de procreación en el espacio. A millones de kilómetros del Sistema Solar en donde orbita la Tierra, la doctora Dibs (Juliette Binoche) dirige un experimento en donde se pretende sustraer energía de un agujero negro para lograr la fecundación entre óvulos y espermatozoides. 

    La historia está contada a manera de flashbacks. Monte (Robert Pattinson), es el único sobreviviente a bordo que tiene bajo su cuidado a un bebe, por lo que desde el principio es evidente que el experimento tuvo éxito. Durante los primeros veinte minutos pareciera que el objetivo del espectador se resume a descifrar cómo es que murieron los demás pero, conforme avanza la trama, Dennis deja claro que no deseaba contar una historia emocionante del espacio, sino abordar un drama existencialista a través de una historia de ciencia ficción. 

    Aunque hay algo adorable entre el bebe que confia ciegamente en su protector y la esperanza de su padre por salir adelante a pesar de las desgracias que los rodean, esta es la única expresión de amor que se percibe en la trama, pues el personaje principal siempre está rodeado por una atmósera de angustia y suspenso.

    Pattinson, quien demostró que no solo tiene la capacidad de brillar (Twilight) sino también de actuar -lo dejó claro en películas como Cosmópolis-, es quien nos sumerge en un profundo viaje de instrospección con respecto a la sexualidad, la reproducción y la supervivencia bajo un guion escrito por Jean-Pol Fargeau, quien vuelve a trabajar con Dennis después de que ambos triunfaran en el Festival de Berlín con Beau Travail. 

    El agobiante viaje de Monte, más allá de las palabras, se cuenta a tráves de la imágenes. El protagonista no necesita de un extenso monólogo para hacernos reflexionar. Pequeñas frases como "Nunca te bebas tu orina y nunca te comas mierda aunque te digan que es reciclada" son suficientes para cuestionar nuestra propia existencia. Además, Dennis también aprovecha para hacer una crítica social abordando temas como la equidad de género y el racismo. 

    Esta escalofriante historia es solo un pequeño reflejo de lo que podría depararle a la humanidad en estos tiempos en donde nadie se toma el tiempo de reflexionar si vivimos en un mundo en donde nos estamos comiendo nuestra propia mierda. 

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