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    Rostros y lugares
    Críticas
    4,0
    Muy buena
    Rostros y lugares

    La imaginación no tiene caducidad

    por Octavio Alfaro

    Una cineasta de casi 90 años de edad cuya carrera abarca 60 de trayectoria. Un joven fotógrafo y muralista que busca dejar su huella en el mundo. Ambos -con 55 años de diferencia entre ellos- se aventuran por el sur de Francia para conocer gente, sus historias, la parte humana que muchas veces queda en el olvido, y de paso darle una ´'manita de gato' a las paredes y objetos de gran tamaño, pegando fotografías en blanco y negro con alguna temática referente del sitio.

    Más que un ejemplo para los directores emergentes sobre cómo documentar la cotidianidad de la vida con toques de arte y divertirse en el proceso, Rostros y lugares es el reflejo de que la imaginación no tiene caducidad; la edad no importa siempre y cuando se conserven las ganas de seguir trabajando en lo que más te guste, como la codirectora de este largometraje, Agnès Varda, quien no teme al paso del tiempo pese a las dificultades físicas.

    Desde una camarera tímida vuelta famosa por una fotografía suya pegada en un alto edificio, hasta la única mujer que vive en una calle desierta, pasando por las esposas de unos obreros y el cartero de un poblado pequeño, diferentes historias se entrelazan teniendo un común denominador que casi siempre es producto de la experiencia de Varda.

    Rostros y lugares es un documental cuyo objetivo no es el informarnos sobre la situación desagradable de algún lugar o la historia de personas relevantes en la historia de algún condado, sino que busca improvisar en el camino y hacerle una especie de homenaje a la rutina de las personas. No sólo las grandes acciones hacen la diferencia, sino la simpleza de una sonrisa, una pose o una mirada son la excusa para entretener al público en un viaje hecho en una camioneta en forma de cámara análoga y que imprime imágenes de gran tamaño.

    La voz de la experiencia contenida en el cuerpo de personas mayores, en contraste con el grito emitido desde las entrañas de un joven, no es sinónimo de incompatibilidad; si se saben balancear, el resultado puede ser la combinación de una idea añeja, pero sabia, con un formato actual para darle personalidad y un segundo aire entre las ideas contemporáneas. Rostros y lugares no sólo entretiene, sino que invita a no olvidar que los pequeños detalles hacen la gran diferencia.

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