La cinta se filmó a lo largo de 20 días, con un presupuesto de 3.5 millones de dólares, en locaciones de Queens y Brooklyn, incluyendo la Iglesia Episcopal de Zion.
La actriz Amanda Seyfried estaba embarazada durante el rodaje, como su propio personaje.
Tuvo su premier en el Festival de Cine de Venecia en 2017.
El director y guionista Paul Schrader aseguró que se sorprendió, cuando editaba la cinta, de las similitudes de estructura y ritmo a la cinta Taxi Driver (1976), cinta que él también escribió.