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    El vicepresidente: más allá del poder
    Críticas
    4,0
    Muy buena
    El vicepresidente: más allá del poder

    El apetito voraz que provoca el poder

    por Octavio Alfaro

    La política es un tema delicado para tratar ya que su naturaleza tiende a polarizar la opinión pública, pero finalmente todos estamos atados a ella independientemente del país en el que vivamos. Es por ello que es uno de los temas favoritos para las series y televisión, a final de cuentas todos sabemos aunque sea un poco al respecto por experiencias propias.

    En El vicepresidente: más allá del poder (nominada a ocho Oscars) seguimos la vida política de Dick Cheney (Christian Bale), la persona que cambió a su manera el rumbo de Estados Unidos en la actualidad, ya que a pesar de estar bajo la sombra de George W. Bush (Sam Rockwell), supo moverse en el oscuro mundo del mandato y manipular a su gusto el sistema, haciendo cosas de los que otros en su puesto serían incapaces y luciendo como un astuto, pero despiadado hombre.

    Lo bueno

    Adam McKay nos presenta todo lo importante sobre Cheney, desde sus inicios y el apoyo moral fundamental de su esposa para salir adelante cuando más bajo había caído en su juventud, hasta los momentos después de haber tomado decisiones importantes y que afectaron a miles de personas, pero que no le remuerde la conciencia. Y es que a pesar de el secretismo que tuvo Dick en su vida real, el cineasta se informó hasta por debajo de las piedras para sacarle jugo a la trama y pintarlo como una especie de tirano.

    Si te gustó House of Cards (en las temporadas en que era buena) entonces éste es tu tipo de cinta, ya que nos damos cuenta de las cosas que pueden suceder detrás de un escritorio en la casa blanca; cómo el hambre del poder ciega a muchas personas y la ambición por alcanzar objetivos complejos es tal que están dispuestos a hacer lo que sea, sin importar las consecuencias, con tal de poderlo lograr. Algo informativo y a la vez preocupante porque obviamente sigue existiendo en nuestros días.

    El humor es fundamental para la cinta, ya que mezcla la crueldad de la realidad con toques chuscos que subraya la situación, además de que el cinismo de algunos personajes te sorprende, no puedes creer la cantidad de cosas que se esconden detrás de movimientos políticos, y aunque obviamente tienen sus toques de dramatización en aras del entretenimiento, tiene algo de verdad.

    No puedo dejar de mencionar el trabajo de maquillaje para caracterizar a los personajes. Bale luce prácticamente irreconocible como Dick Cheney y qué decir de Sam Rockwell, quien interpreta a Bush. Sumado a que hacen un trabajo espléndido como nos tienen acostumbrados, te dejan maravillado con la forma en que abordaron este departamento, y es que además de los kilos de más que tiene Christian, retratar cuatro etapas tan distanciadas en la vida del político no fue nada fácil.

    Lo malo

    Para mi gusto es ligeramente larga. Llega un momento en que sientes que ya fue suficiente. También es necesario que tengas gusto por este tipo de temas, porque ocupan algunos términos técnicos específicos, que aunque los explican brevemente, puede ser mucho parloteo si no tienes mucho interés en el tema.

    Tienes que poner atención en los momentos álgidos de política, ya que puede que te pierdas si no entendiste alguna cosa. Todo está ligado hablando de este tema y sobre todo refiriéndose a los acontecimientos del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos, así que trata de no distraerte para sacarle el mayor jugo posible, porque también hay momentos en que el protagonista rompe la cuarta pared y busca lucir más astuto de lo que parece.

    En pocas palabras

    El vicepresidente: más allá del poder te hace abrir un poco más los ojos sobre la política. Cuenta una historia interesante y tirana a la vez con toques de humor que la hacen entretenida, y aunque puede sentirse larga, quedas satisfecho con el resultado final.

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