Marca el debut del directo Emmanuel Gillibert y de la guionista, Marion Thiéry.
La historia se inspira en la vida del propio director, quien era un soltero empedernido, que vivía de fiesta y que tuvo, por razones económicas, que compartir su casa con una mujer y sus dos hijos.
La guionista incluyo anécdotas de su propia vida, ya que era una madre divorciada que tuvo que buscar sacar adelante a su pequeño hijo.
La película fue tildada de machista en la crítica del diario Télérama: "las primeras escenas [...] son de un machismo completo y hoy anacrónico".