Crítica de SensaCine.com.mx para Todo el dinero del mundo: Un secuestro para retratar el rostro del poder y la avaricia

"Si puedes contar tu dinero, entonces no eres billonario" -dice John Paul Getty en una de las primeras escenas de Todo el dinero del mundo, la película de Ridley Scott sobre el secuestro en 1973 del nieto del hombre que fue el más rico, no solo del mundo, sino de la historia del mundo. La película inicia combinando la historia de John Paul III con los antecedentes de su abuelo, desde que en 1948 convenció a los beduinos árabes de concesionarle sus tierras para que él explotara el petróleo del desierto Saudí.

Paul Getty, como es mejor conocido, tenía ya unos nueve años cuando conoció a su abuelo y rápidamente se convirtió en su preferido. Pero Getty amaba más al dinero y los objetos más que a cualquier otra cosa en el mundo. Así que cuando Paul fue secuestrado en Roma en 1973 por una banda de calabreses con nexos con la Mafia italiana, que solicitó 17 millones de dólares por su rescate, el anciano billonario no reparó en responder que no pagaría nada porque de hacerlo secuestrarían también a sus otros 14 nietos.

Aunque haya cierta razón en sus palabras, la realidad apunta a que Getty era billonario no sólo porque había ganado mucho dinero, sino también porque gastaba muy poco. De hecho, más allá de narrarnos los acontecimientos del secuestro y rescate Paul, la película más bien se vale de ellos para exponer a Getty en toda la extensión de su codicia y avaricia. Y hasta ahí. La cinta es muy buena, pero no pasa de ser una excelente reconstrucción de hechos.  

Curiosamente, en este slice-of-life que busca hacer un retrato de uno de los hombres más poderosos del mundo, el personaje de Getty es secundario y Christopher Plummer se roba la película. Difícilmente podemos imaginarnos a Kevin Spacey en su lugar, y como bien dicen por ahí: las cosas pasan por algo. Esta esta entrada apresurada e intempestiva de Christopher Plummer para salvarle el pellejo a Ridley Scott, bien puede ser la mejor actuación de su carrera: simplemente extraordinaria, tanto que sorprende que no se haya llevado aun ningún premio, esperemos que el Oscar 2018 le haga justicia.

Otra que está impecable es Michelle Williams como Abigail Harris / Getty, la desesperada madre de Paul que recurre a lo que sea para rescatar a su hijo. Michelle, tras cuatro nominaciones y ningún Óscar, empieza a convertirse en la querida no querida de Hollywood. La actriz carga con la otra mitad de la película y realmente logra una transformación en su papel a través de una actuación de primera. Mark Whalberg cumple, hasta ahí.