Mi cuenta
    Los adioses
    Críticas
    4,0
    Muy buena
    Los adioses

    La utopía feminista

    por Tamara Cuevas

    “¡No voy a dejar de ser mamá, no voy a dejar de ser maestra y no voy a dejar de escribir!” es un diálogo pronunciado en Los Adioses, el cual bien podría sintetizar el objetivo del segundo filme de Natalia Beristáin (México,1981): hacer visible la dificultad de la mujer para desarrollarse en cualquier ámbito sin tener que renunciar a otro.

    El filme es protagonizado por Karina Gidi y Tessa Ia, quienes encarnan a la poeta y primera intelectual feminista mexicana, Rosario Castellanos. Los adioses  toma aspectos de la vida de Castellanos para traer a la mesa temas importantes que conciernen a la equidad de género en el país; Rosario Castellanos no es el fin, sino el medio.

    En la película somos testigos de cómo la autora de Álbum de familia, quien profesaba una ideología feminista, encontraba que su vida privada chocaba con sus intereses ideológicos y para ejemplificar ésto, Beristáin toma como punto de partida los años que Castellanos pasó con su esposo, el filósofo y periodista Ricardo Guerra, interpretado por Daniel Giménez Cacho y Pedro de Tavira de joven. La decisión de la realizadora no es arbitraria, pues utiliza la convivencia en pareja para plantear cuestionamientos sobre el lugar que ocupaba (u ocupa) la mujer en una relación y, al mismo tiempo, en la sociedad mexicana.

    Beristáin decide mostrar el lado más privado de Castellanos y para eso utiliza tomas largas en las que vemos por varios segundos a Karina Gidi sentada sobre la cama, iluminada únicamente por la luz de la luna, tal vez para demostrar que, a final de cuentas, siempre estuvo desnuda no solo ante el amor de su vida, sino ante la vida misma. La cineasta también usará a menudo planos abiertos en los que hace latente la tensión entre el matrimonio, ésto, específicamente, en una escena en la que ella no puede dejar de teclear en la máquina de escribir, ocasionando que su esposo se sienta incómodo al no poder seguirle el paso.

    Aunque México se asimila cada vez más como un país libre de machismo, lo cierto es que en nuestra cultura aún está arraigada esta conducta. A pesar de que la trama de Los adioses se desenvuelve entre las décadas de los años 60 y 70, las situaciones siguen siendo escalofriantemente contemporáneas.

    Es cierto que la película no funciona como una clásica biopic, pero eso es porque no pretende serlo, la producción de Beristáin abre espacios de discusión sobre la equidad de género, haciendo reflexionar a quien la ve sobre si es verdad que nuestra sociedad ha evolucionado tanto –según afirmamos los mexicanos– como para acercarse a una completa equidad de género, esa utopía por la que tanto peleó Rosario Castellanos en su momento.

    Comentarios

    Back to Top