Tuvo su premier mundial en el Festival de Cine de Telluride, en septiembre de 2017.
Fue nominada al premio de la Academia, en 2018, en la categoría de mejor cortometraje documental.
Para la directora, Elaine McMillion Sheldon, quien creció en West Virginia, el tema era personal, dado que tenía amigos y compañeros de clase afectados por la adicción a los opioides. Al hacer el documental, dijo que buscaba cambiar la percepción de la adicción a los opioides de un "fracaso moral" a un "problema médico" donde la recuperación es posible.