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    Niñero por accidente
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    Niñero por accidente

    Hombres rudos y bebés tiernos, otra vez...

    por Cristina Ibañez

    La fórmula del hombre rudo, desobligado e irresponsable que inesperadamente se encuentra cuidando a un adorable bebé, sigue causando sensación en los espectadores. No pasa de moda combinar la ternura de un niño con la torpeza de los hombres para cuidarlo y Niñero por accidente repite este patrón.

    Alex es un hombre de 43 años que no le encuentra sentido a su vida. Sigue viviendo con su madre y trabaja para ella en un taller mecánico, carente de ambiciones profesionales y personales. Todo cambia cuando una mujer le pide ayuda para reparar su auto en medio de la carretera y termina pasando la noche con ella. Pero a la mañana siguiente despierta y se percata que lo ha abandonado déjandole a su cargo tres niños. 

    Es inevitable compararla con otras comedias como Tres hombres y un bebé o Papá genial. Ell recurso narrativo se repite, aunque es divertido ver al protagonista sorteando con las trampas de la paternidad. Si bien, las peleas entre hermanos y los pañales sucios caen en algunos clichés, el director Julien Guetta intenta refrescar esta fórmula inyéctádole tintes de drama. Pero en el intento de ser provocativo, no termina abarcando ningún género. 

    Conforme avanza la trama, el humor no cuaja con el drama. Más allá de un hombre en apuros cuidando a tres niños, nos encontramos con una historia de abandono y adicciones. Guetta retrata las consecuencias de dejar sola a una adolescente en casa, la tristeza de un niño abandonado y la desesperación de un bebé que extraña a su madre a través de la comedia. No obstante, el guion es predecible y repetitivo, no sorprende. 

    Aunque se esperaba que tuviera el mismo tono de Niñera a prueba de balas con Vin Diesel, aquí ni si quiera tenemos un desarrollo claro de los personajes. Todos son presentados de manera tan rápida que no logras encariñarte con ninguno, ni si quiera con el simpático Kurt (Ilan Debrabant) de cinco años. Además, es difícil generar empatía con el protagonista, Eric Judor, pues no hay un desarrollo previo que nos compenetre con su problemática existencial. 

    Niñero por accidente no loga aterrizar ni en comedia ni en drama. La ópera prima de Julien Guetta intentó reinventar una fórmula ya antes vista -y efectiva- convirtiéndola en una historia profunda. Pero al abarcar más de lo que la historia podía, fracasó. ¿Acaso eso también fue un accidente?

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