Lourdes, un pueblo montañoso de impresionante belleza, situado en las estribaciones del suroeste de los Pirineos, pasó de ser una aldea pintoresca y soñolienta a una maravilla sagrada, a partir de 1858, cuando una campesina de 14 años afirmó haber visto a la Virgen María en una gruta remota. Hoy día, la gruta es tocada por decenas de millones de personas que han dejado impregnada la huella de sus sueños, de sus esperanzas y de sus penas. Las multitudinarias procesiones de personas que buscan un milagro alimentan un pequeño ejército de cuidadores (enfermeros, voluntarios, hospitalarios) que los acompañan. Estos peregrinos son una sorprendente muestra de la humanidad: víctimas de accidentes, enfermos terminales, una adolescente con sobrepeso que sufre acoso en la escuela. Lourdes es una perspicaz meditación sobre la capacidad humana de empatía y esperanza y, especialmente, un recorrido sobre el misterio de la fe religiosa ante las profundas tribulaciones.