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    Tres días, una vida
    Críticas
    3,5
    Buena
    Tres días, una vida

    Tres días podrían cambiar el curso de una vida...

    por Cristina Ibañez

    Para cambiar el curso de la vida, a veces solamente bastan tres días. En esta adaptación homónima del best seller de Pierre Lemaitre, Tres días una vida, el director, Nicolas Boukhrief, retrata la delgada linea que existe entre la culpabilidad y la inocencia, pues no se necesita estar encarcelado para sentirse prisionero cuando se es niño y asesino.

    En el año de 1999, a tan solo tres días de la víspera de Navidad, un niño de 12 años llamado Antoine (Jeremy Senez), experimenta una serie de acontecimientos que cambiarán su vida para siempre en el pueblo minero llamado Olly, ubicado en la frontera entre Francia y Bélgica. Todo se desencadena a raíz de la trágica muerte del perro de su vecino y mejor amigo, Remi, quien horas después desaparece para siempre. Finalmente, una tormenta arrasa la mitad del pais, borrando toda huella del paradero del pequeño.

    Antoine vive atormentado por la culpa, pues él siempre supo lo que sucedió con su pequeño amigo de tan solo seis años, provocando que el suspenso se base en la única persona que sabe el paredero del niño tras su misteriosa aparición; sin embargo, esta carga moral no será fácil de soportar aunque los años pasen.

    La sutilidad del guion, a cargo del autor del libro, Pierre Lemaitre, nos sumerge en una historia de investigaciones policiacas a través de los ojos de un niño gobernado por la culpa, con quien no puedes evitar generar otra cosa más que empatía, pues la trama deja claro que la inocencia puede ser un arma de doble filo. Además, cuando un pequeño pueblo es conmocionado por una inexplicable tragedia, la intriga y las especulaciones provocan que los personajes se asfixien cada vez más a medida que avanza la trama.

    Las interpretaciones de Jeremy Senez y Charles Berling -quienes interpretan a Antoine en su versión joven y adulta- conmueven profundamente al retratar el profundo anhelo de haber cambiado el rumbo de los hechos tan solo tres días atrás. Además, el trabajo del resto del elenco conformado por Charles Berling, Sandrine Bonnaire y Philipe Torreton, logra concebir una historia en donde sutiles elementos de la trama como la tempestad, logran expiar la culpabilidad del protagonista.

    Tres días, una vida retrata como una prisión sin barreras a veces es más tormentosa que un juicio justo,  pues entre mentiras y secretos, esta historia de cine negro explora cómo pareciera que nunca se hace justicia cuando se trata de la desaparición de un niño. No importa cuan duro trabaje una comunidad, cuando se trata de un alma joven, nada parece suficiente.

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