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    Maquia
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    Maquia

    La juventud eterna no lo es todo

    por Iván Romero

    Bajo la dirección y guion de Mari Okada (ópera prima), Maquia es una fábula grandilocuente acerca de una joven que no puede envejecer al llegar a su adolescencia. Pero ella no es la única que padece esto, forma parte de un grupo de seres fantásticos que están bendecidos con la juventud eterna, aunque más que otorgarles seguridad, los ha expulsado de ciertos círculos. Maquia se siente sola y, pese a valorar la quietud, esa tranquilidad se interrumpe por un ejército que quiera dar con el secreto de la inmortalidad y hará hasta lo imposible por dar con él. La chica, asustada, huye y en el inter pierde todo lo que conocía, pero un personaje le enseña que hay más por aprender.

    El filme llega un año tarde a la cartelera nacional, pero era esperado por los fans del anime japonés, ya que Okada es una de las artistas de manga más importantes de aquel país. Su trabajo es reconocido mundialmente y sus seguidores querían presenciar su debut en la dirección en una película de animación. La experiencia de Mari se nota en la manufactura de Maquia, ya que mezcla aspectos medievales con universos fantásticos, logrando una batalla épica entre lo real y lo imaginario. Visualmente es hermosa y no deja de provocar melancolía ver una animación tradicional en la pantalla grande y, sobre todo, con el nivel de detalle que los artistas japoneses le ponen a sus trabajos.

    La película no es perfecta, tiene varios defectos notorios, como que el texto es reiterativo y de pronto se pierde sin retomar su rumbo particularmente en las subtramas, ya que muchas se abren sin cerrarse, lo que provoca una sensación de premura por ahondar más en los protagonistas. Otro aspecto es la duración, ya que de ser un poquito más corta y haber omitido esas historias sin desarrollar, quizá la fábula funcionaría como relojito.

    La mitología creada por Okada funciona no hay duda, pero para muchos espectadores (especialmente la audiencia infantil que no está familiarizada con las animaciones japonesas) quizá les cueste un poco de trabajo hacer clic con la historia, sin embargo, volviendo a lo antes mencionado, la sensibilidad que la directora le da a sus personajes es entrañable, por lo que logra conmover a más de uno. En esto la música creada para el filme se vuelve un personaje más, ya que es estupenda y crea una atmósfera sombría de principio a fin.

    Maquia no es como otros filmes de anime. El universo creado por Okada se siente autentico, aunque de pronto busca la lágrima y el momento emotivo más de una vez a lo largo del metraje, pero esto para los enamorados de corazón resulta un regalo difícil de regresar. El paso del tiempo es inminente e intempestivo y Mari Okada es una cineasta con un potencial tremendo que no debemos perder.

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