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    Una pequeña mentira
    Críticas
    2,5
    Regular
    Una pequeña mentira

    Manipuladora, aunque familiar y entretenida

    por Iván Romero

    No cabe duda que en muchos escenarios más vale una mentira piadosa que una verdad que rompa el corazón; eso es justo le pasa a Théo (Maleaume Paquin) en Una pequeña mentira, del  director Julien Rappeneau (Rosalie Blum) y protagonizada por el popular actor nacido en Bélgica: François Damiens, quien ha participado en un muchas cintas y ha pasado por varios géneros, pero la comedia le sienta bien y de la mano del pequeño Paquin son lo más destacable de este chapucero y un tanto manipulador largometraje, aunque familiar y entretenido.

    Théo es un niño feliz e inusualmente apodado “Hormiga”; a pesar de su corta edad es alguien muy sociable. Su padre Laurent (Damiens) no es la persona más alegre del mundo, se le nota cabizbajo, meditabundo, desconcertado. Théo tiene la posibilidad de ser elegido para entrar a un gran equipo de futbol inglés, pero su edad le juega una broma, por lo que es rechazado para entrar al club. Esto no le causa un dolor real al protagonista, en cambio, su padre se encontraba realmente entusiasmado por esta noticia, por lo que Théo no quiere que Laurent vuelva a su fase depresiva y miente para que su papá tenga un poco de felicidad.

    Una pequeña mentira es justamente como ese tipo de filmes que encuentras y te quedas viendo porque está disfrazada de feel good movie, pero tiene estereotipos marcados en sus personajes. El niño protagonista tiene cierto encanto, pero no deja de comportarse como un adulto y no por las circunstancias lo estén llevando a eso debido a la depresión del padre, si no porque realmente la dirección y sobre todo el texto lo apunta a hacer cosas que un niño de su edad nunca haría.

    El personaje de Laurent, por su parte, sale de un divorcio, le gusta la bebida y las ganas de vivir se encuentran por el suelo. ¿El fútbol es la salvación para todo? Al parecer aquí sí lo es y ese es su mayor problema, todo es anecdótico y limitado, aunque de pronto, entre líneas sí hay un par de temas interesantes que tristemente nunca se desarrollan, como el universo del fútbol y cómo los niños desde pequeños se fijan la meta de convertirse en una marca, además del tema de la paternidad que se explota muy por encimita. El trabajo tanto de Paquin como de Damiens es bueno y hacen milagros por salvar la película, pero nada más.

    Si ves el póster espera una comedia hilarante, aunque no la vas a encontrar en Una pequeña mentira. Es aspiracional porque Théo quiere ser un gran jugador y quiere arreglarles la vida a los adultos y de fondo el amor es el que lo puede todo. Tampoco se trata sobre el deporte. Es una serie de trazos que tiran para todos lados y para ninguno a la vez y que, si bien se defiende por entretener, también es olvidable. En resumen, es una pequeña trampa que no encuentra personalidad y un ejercicio fallido en los géneros que quiere abarcar. Si no buscas analizar una cinta puede que aquí encuentra una opción ideal.

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