Se trata del remake de la cinta Get Carter (1971), dirigida por Mike Hodges y estelarizada por Michael Caine. Ambas, a su vez, están basadas en la novela Jack’s Return Home, del escritor británico Ted Lewis, publicada en 1970.
Una de las razones por las que Sir Michael Caine aceptó aparecer en este remake de una de sus mejores películas, fue la oportunidad de trabajar con su amigo, Sylvester Stallone. Los dos habían colaborado en la cinta Escape a la victoria (1981) dirigida por John Huston.
La compañía productora de la cinta, Franchise Pictures, se mostró reacia a contratar a Mickey Rourke, a la luz de su turbulento pasado como el chico malo de Hollywood. El amigo Sylvester Stallone, quien nombró a Rourke para el papel, garantizó una parte de su salario, por lo que, si Rourke causaba retrasos o problemas, la producción estaría cubierta. Rourke llegaba todos los días a tiempo y era un completo profesional. Su trabajo impresionó tanto a Franchise que lo contrataron poco después para su próxima película, The Pledge (2001).
Para las escenas de flashback que muestran el asesinato de Richie, Stephen Kay quería que la película se viera granulada y dañada, por lo que le pidió a Deluxe, el procesador de la película, que pensara en algo novedoso. Felices de complacer, los técnicos de Deluxe ataron la película a la parte trasera de un automóvil y la condujeron por su estacionamiento, creando el aspecto rayado. El experimento duró poco cuando un ejecutivo de Deluxe lo vio y les ordenó que se detuvieran por temor a que le diera mala fama a la empresa.
El director Stephen Kay se enfrentó a Franchise Pictures por el tono de la película. Kay quería que la película fuera más una película "anti-venganza", mientras que Franchise quería una película de acción de Sylvester Stallone más tradicional.